Sunday, May 01, 2016

Domar el viento


Durero

Domingo de neblina y lluvia. Las seis en el reloj, con su media hora adelantada. Disfruto del tiempo que retorna y de su dulce penumbra en la mañana. 

Y la presencia imprevista de unos versos de Leopoldo Marechal:  

El caballo es hermoso como un viento
que se hiciera visible,
pero domar el viento es más hermoso
y el domador lo sabe.
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 Afuera, el viento del este. El caballo en la memoria.